En Perú, el mayor productor de oro y el segundo mayor proveedor de cocaína a nivel mundial, el comercio ilegal de oro es dos veces más grande que el tráfico de drogas
El comercio de oro es una de las grandes vulnerabilidades para la lucha contra el lavado de dinero. Narcotraficantes y grupos militantes armados utilizan el metal precioso para no solo lavar dinero, sino que también para financiar conflictos.
En Perú, el mayor productor de oro y el segundo mayor proveedor de cocaína a nivel mundial, el comercio ilegal de oro es dos veces más grande que el tráfico de drogas.
En Perú, el mayor productor de oro y el segundo mayor proveedor de cocaína a nivel mundial, el comercio ilegal de oro es dos veces más grande que el tráfico de drogas.
Los criminales prefieren el pago en efectivo porque es más difícil de rastrear.
2007
Entre 2007 y 2015, diversas advertencias fueron enviadas al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y a otras autoridades, por entidades financieras como JPMorgan Chase y el Deutsche Bank contra la empresa comerciante de oro con sede en Dubai, Kaloti Jewellery Group, por transferencias sospechosas valoradas en 9.300 millones de dólares.
2012
Además de Kaloti, la FinCEN tiene en sus registros a la empresa Metalor Techonologies Internactional SA, con oficinas centrales en Suiza que, entre junio de 2012 y octubre de 2016, hizo transferencias sospechosas por 2.600 millones de dólares.
Kaloti realizó pagos en efectivo por 414 millones de dólares a Salor DMCC, Dubai, y por 28 millones de dólares a Trading Track, ubicada en Benin, África. Ambas empresas proveedoras de oro e investigadas por lavado de dinero proveniente de la venta de drogas.
Al ser consultado por los investigadores del ICIJ, Kaloti señaló que “solo acepta clientes después de realizar procesos de Due Diligence sólidos”.
En 2012, el grupo comenzó a transferir grandes sumas desde sus cuentas en el Deutsche Bank a las que tenía en el Emirates NBD en Dubai. Según la investigación, era tanta la cantidad que cuando Kaloti hizo el retiro en efectivo, lo tuvieron que acarrear en carretillas. El Deutsche Bank no informó de estos procedimientos hasta un año después.
Kaloti realizó pagos en efectivo por 414 millones de dólares a Salor DMCC, Dubai, y por 28 millones de dólares a Trading Track, ubicada en Benin, África. Ambas empresas proveedoras de oro e investigadas por lavado de dinero proveniente de la venta de drogas.
Al ser consultado por los investigadores del ICIJ, Kaloti señaló que “solo acepta clientes después de realizar procesos de Due Diligence sólidos”.
En 2012, el grupo comenzó a transferir grandes sumas desde sus cuentas en el Deutsche Bank a las que tenía en el Emirates NBD en Dubai. Según la investigación, era tanta la cantidad que cuando Kaloti hizo el retiro en efectivo, lo tuvieron que acarrear en carretillas. El Deutsche Bank no informó de estos procedimientos hasta un año después.
2013
Standard Chartered Bank presentó un ROS por más 11 millones de dólares en transacciones vinculadas a Golden Vision Trading, empresa local de oro en Liberia. La alerta fue porque los montos eran redondos, conocidos por ser un vehículo para el lavado de dinero.
El Deutsche Bank empezó a dudar de su relación con Kaloti pues se enteró de que estaba siendo investigada por Estados Unidos. Similar situación con el JPMorgan Chase, que suspendió el comercio de materias primas.
El Deutsche Bank empezó a dudar de su relación con Kaloti pues se enteró de que estaba siendo investigada por Estados Unidos. Similar situación con el JPMorgan Chase, que suspendió el comercio de materias primas.
2014
La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos recomendó al Departamento del Tesoro que catalogara a Kaloti Jewellery Group como una amenaza de lavado de dinero -algo así como la pena de muerte financiera-.
Luego de las investigaciones se estableció que Kaloti compraba el metal a vendedores sospechosos de lavar dinero para narcotraficantes y diversos grupos criminales. También se estableció que generalmente el grupo pagaba en efectivo y que transfería dinero para clientes sospechosos a otras empresas.
Pese a señales y evidencia de lavado de activos, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos nunca tomó acciones. Extrabajadores del Departamento señalaron que no se pronunciaron por el temor de enojar a los Emiratos Árabes Unidos, un aliado clave en el Medio Oriente, y que cuando este se negó a actuar en contra de la empresa, la entidad estadounidense desestimó los cargos.
Luego de las investigaciones se estableció que Kaloti compraba el metal a vendedores sospechosos de lavar dinero para narcotraficantes y diversos grupos criminales. También se estableció que generalmente el grupo pagaba en efectivo y que transfería dinero para clientes sospechosos a otras empresas.
Pese a señales y evidencia de lavado de activos, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos nunca tomó acciones. Extrabajadores del Departamento señalaron que no se pronunciaron por el temor de enojar a los Emiratos Árabes Unidos, un aliado clave en el Medio Oriente, y que cuando este se negó a actuar en contra de la empresa, la entidad estadounidense desestimó los cargos.
Un exsocio de EY (antigua Ernst & Young) en Dubai, dio a conocer que, tras una auditoria, EY descubrió que Kaloti había aceptado oro disfrazado de plata con documentación falsificada, proveniente desde Marruecos, a través de un grupo criminal que logró lavar 146 millones de dólares con las transacciones.
En los Emiratos Árabes Unidos los estándares para el comercio de oro no están regulados por ley y solo se aplican programas de acreditación voluntaria, como la que realiza Dubai Multi Commodities Centre, DMCC. EY alertó a la entidad, pero en vez de tomar acciones que podían quitarle la acreditación, decidieron mantener el secreto de Kaloti.
Los auditores también se enteraron de que la empresa había comprado oro en Sudán, donde el metal ha financiado a grupos militares culpables de genocidios. Kaloti no investigó a sus proveedores.
En los Emiratos Árabes Unidos los estándares para el comercio de oro no están regulados por ley y solo se aplican programas de acreditación voluntaria, como la que realiza Dubai Multi Commodities Centre, DMCC. EY alertó a la entidad, pero en vez de tomar acciones que podían quitarle la acreditación, decidieron mantener el secreto de Kaloti.
Los auditores también se enteraron de que la empresa había comprado oro en Sudán, donde el metal ha financiado a grupos militares culpables de genocidios. Kaloti no investigó a sus proveedores.
Otro comerciante de oro que apareció en los archivos filtrados es Argor Heraeus, también en Suiza, por operaciones de 17 millones entre marzo de 2014 y junio de 2015.
2016
Recién a principios de 2016, HSBC Hong Kong cerró la cuenta de Kaloti, dos años después de la denuncia del exsocio de EY.
2020
La investigación de ICIJ reveló que Kaloti Metals & Logistics, comerciante de oro con sede en Miami, compró el metal precioso a empresas de Perú, cuyos propietarios fueron investigados por las autoridades por presunto lavado de dinero y minería ilegal.
También que dos exportadores asociados al comerciante de oro CIJ Gutiérrez, uno de los más grandes de Colombia, alertaron a las autoridades por realizar transacciones sospechosas. Los fiscales detallaron que ambos individuos estuvieron involucrados en lavado de dinero y que CIJ tenía relaciones con empresas fantasmas vinculadas a los paramilitares y a familiares de traficantes de drogas.
También que dos exportadores asociados al comerciante de oro CIJ Gutiérrez, uno de los más grandes de Colombia, alertaron a las autoridades por realizar transacciones sospechosas. Los fiscales detallaron que ambos individuos estuvieron involucrados en lavado de dinero y que CIJ tenía relaciones con empresas fantasmas vinculadas a los paramilitares y a familiares de traficantes de drogas.